https://www.instagram.com/anavictoriahinojosagarcia_/ En esta mañana de Octubre, siendo Noviembre, recién entrado el Otoño, dos meses después de lo esperado, me siento en el parque a dejar pasar la vida, no a echar de comer a las palomas. No, porque ni pan me queda; me lo comí todo esta mañana, hace dos horas que parecen meses, recién terminado este año, aunque sea antes de lo esperado. El trabalenguas es fácil, aunque difícil de resolver. A mi izquierda, una fuente hace circular un agua no potable, sonando como si fuese un río, o una cascada, o cualquier cosa que aleje de mi realidad la sequía de estos Sures, de construcciones sembrados. Enfrente, plásticos apilados como piezas de tetris a colores vivos, alegres, infantiles, llaman mi atención al reclamo de ser usados; pues ahora, no hay gente pequeña que los monte, los haga desgastar a resbalones o pegue patadas, ni gritos, ni meneo alguno que los saque de ese estado inanimado. Así pasa mi tiempo, por fortuna, hoy que he decidido s
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y aún la esperanza en esta humanidad no está perdida.
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