hÉroes de pacotilla .........................................................................................
El pasado viernes vi a un ángel en Femenino, pero no tenía sexo a pesar de ser Mujer.
Una albina de 15 años de pelo
blanco, piel blanca, ojos azules buscando tornarse blancos posó su pupila en la
mía bajo Sus largas pestañas blancas.
Me tocó dentro algo mágico. Fue precioso.
Cuando le hablé y le dije que era una persona
rara, afortunadamente rara, que pertenecía a un grupo muy reducido de personas
diferentes del genérico predominante, se lo tuve que explicar mejor porque sus
ojos aún me miraban sin dejar quieta ni la pupila ni el iris, pero en eses
momento de forma confusa hasta que al fin entendió. Quizás porque su visión es de extrema sensibilidad y la irá perdiendo (pensé).
Y me dio mucha pena y a la vez alivio.
Era mi
ángel. (👈escuchar con cascos, a ser posible).
Ella es una de las niñas preadolescentes, hija de
una de las madres que nos reunimos esa tarde para ensayar un Videoclip o como
sea que ahora le llamen si existe un nombre más moderno al hecho de hacer una
coreografía sobre una canción y darle imagen al sonido ya grabado, al que
fuimos invitadas mis hijas y yo para participar en él, por el fortuito y
afortunado encuentro de haber conocido a la protagonista: otra madre artista,
cantante y bailarina, cuya hija sigue su ejemplar camino y también lo es.
(... Horas
más tarde)
Yo me siento la madre de
Wonder Woman. Soy Amazona, de las de guerrear injusticias a caballo; no
compradora en esa cadena de suministros empaquetados con una sonrisa en la caja
de cartón (que saldría de llevar al femenino singular la palabra en tono
humorístico-poético Amazon).
Mi hija pequeña, por las patacas
de Shakira antes de su cambio de look a muñequita linda que ha tomado el elixir de la juventud, que tiene y la fuerza
bruta al repartir panes y peces, es perfecta para ser la sucesora ideal a llevar
su capa y tiara.
La mayor, que va a cumplir 6 años en unos días no
sé qué es aún, pero tiene potencial, inteligencia y magia de sobra para ser la
Heroína que quiera ser cuando decida volar alto
.
Decidí
hacerme un bol grande con palomitas y poner una peli de ficción cuando llegó la
noche.
A ese género suelo pasarme algunos fines de semana:
cuando cualquier realidad supera toda ficción,
por encontrar algún sentido a tantos sinsentidos,
por agarrarme al equilibrio de una cuerda.
Aunque debajo no haya red en caso de caída,
por alzar la mirada al vuelo donde evadirse
sea fácil agitando las alas que vuelvo
a dejar crecer, después de todos los cortes
_recibidos o arrancados.
Por reposar tras una piedra mientras nado
a contracorrientes impuestas en una sociedad
mercenaria del mejor postor que la
domine.
Me
aseguraron que la nueva de WonderWoman al fin tiene reparto de panes y peces
haciendo salpicar sangre de un modo realista pero terminé quitándola y pensando
en voz alta:
- WonderWoman,
no me representas.
Tirabuzones y hiper-mega-maxi-ultra-maquillada?... No, gracias. Me quedo con mi
niña, ¡la Súper Phabiol!
(Cambié
a otra opción altamente recomendada, por su papá también)
- Yo te invoco, Steppenwolf, este mundo está
dividido.
Son una especie primitiva sin evolucionar y en
guerra entre ellos. Demasiado separados para estar unido.
Fragmento del diálogo de un Parademonio:
que está vivo, pero vacío de vida en la película de ficción en la
última entrega de “La liga de la justicia”, de Zack Snyder.
Cuando terminó, después de la
entretenida tarde en grupo, después de dejarlas con su papá, del que estoy
Divorciada (manteniendo una buena relación cada cual por separado y por ellas en conjunto de presente y futuro), en custodia compartida entre compañía y soledades
cuando regreso a mi rutina, a mi trabajo, a mis descansos, mis ocios, mis
alegrías o a mis miedos, me encontré un dibujo suyo que me dejó por sorpresa
para mi vuelta a casa sin ellas.
Me dibujó tal y como ella me ve, vestida de color,
con flores y corazones y el pelo largo, tan largo como a ella le gusta, y al
lado dejó escrito:
Al día siguiente, como suelo hacer por darme el lujo de bucear lejos del mar donde quisiera hundirme, llené la bañera de espumas con mucha agua calentita, y metí cuerpo, cabeza y pensamientos con Música acompañada, por supuesto, mientras intentaba olvidar en la actualidad informativa una frase a la que llegué por conclusión propia:
_La Revolución no será televisada. El asalto al capitolio sí, con todos los disfrazados Superhéroes. _
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