James Bond tiene licencia para matar.
Autora__________________: Ana V. Hinojosa García. Poeta, Mujer que Escribe, Observadora del Mundo y Soñadora de Cielos.
Twitter: @AVHinojosaG
El Súper Agente Especial, que para ser doble cero se pasa toda la peli bebiendo, ayer me mató.
Sir Sean Connery es un buen actor y mucho más guapo (a mis ojos) de viejo y con blanquecina barba a mechas en canas que repeinado, con pinta de "chulo piscina" y una sonrisa que dice:
- Nenas... por turnos, por favor, poneros en cola porque tendré que emplear más de una hora de mi tiempo en atenderos a todas...
Ya no disfruto viendo esas pelis que antes me entretenían y hasta gustaban.
Habrán pasado diez años desde que no veo una de este tipo y hasta el lunes, que la volvieron a echar en la tele no la recordaba.
Cuando la vi anunciar pensé que iba a ser un plan perfecto para una noche lluviosa, de encierro pandémico, al calor de la mantita y el fuego. Y no.
El Súper Agente 007 me decepcionó a los 10 minutos de comenzar.
He cambiado (Afortunadamente). Me he dado cuanta de que usar a la Mujer de compañía por adorno o disfrute en recompensa de favores pagados, o como objeto de placer visual hasta en una lucha de gitanas tirándose de los pelos en una versión turca del ring sobre el barro.. no, no es lo que ayer esperaba encontrar ver.
La "moda" del espionaje llega desde el espacio en forma de avance tecnológico y sigue en órbita, arrojando toda la basura espacial pendiente de recoger. Adoro los clásicos y este es un gran clásico de la historia de la mujer, aunque ya no me haga gracia su reliquia histórica, que debe quedar constancia al modo en que ha sido y sigue siendo tratada mi especie, mi género o mi sexo.
De espías masculinos, machos matones y hasta alguna Mata Hari suelta está llena la historia.
Hasta que Agatha Christie se puso a escribir sobre asesinatos y nos descubrió que por mente y brillante cabeza, cualquiera puede ser asesina, sin quedarse en simple veneno o perfume en frasco pequeño; más bien granada que explota en toda la boca sin tener que usar la violencia, ni medir 2 metros de alto por 2 de ancho para ser vista como otra "amenaza" más de este Planeta, en el arte de la seducción, o grito por cualquier manifestación planetaria.
Palabras como ingreso mínimo vital, renta básica universal, patrimonio cultural, violencia de género, violencia doméstica, cifras de mujeres muertas o mas bien asesinadas... son una catástrofe griega que hay que cambiar:
A la que debería darse la vuelta en una revisión digna de estudio reflexivo, como las pelis que deben quedar para lubricar los "anales" (de fastidio sin Gozo griego) en la historia y prehistoria cinematográfica que nos recuerda el "de dónde somos, de dónde venimos y hacia donde queremos ir". O cómo diría Concha Velasco:
- Mamá, ya no quiero ser 'artista'.
Prefiero ser 'futbolista
argentina o
argentina', que siempre está de moda, es menos arriesgado, se cobra mejor y mi reputación quedará 'intacta'. El puesto de
princesa ya está ocupado, y el de chica Bond me entusiasma tan poco como la de fabricante de pijamas de pino, que están ahora de plena actualidad.
Autora__________________: Ana V. Hinojosa García. Poeta, Mujer que Escribe, Observadora del Mundo y Soñadora de Cielos.
Twitter: @AVHinojosaG
James Bond tiene licencia para matar. 
Comentarios
Publicar un comentario